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Revisiones tras el cáncer: cómo gestionar emocionalmente las visitas al oncólogo tras la remisión

El 4 de febrero es una fecha especialmente significativa para todos aquellos que reciben un diagnóstico de cáncer. Durante este día, Día Mundial contra el Cáncer, se incide cada vez más en el aumento de las tasas de supervivencia. Los tratamientos personalizados y un mayor conocimiento de la enfermedad han contribuido a ello.  Sin embargo, finalizado el tratamiento es necesario que el paciente acuda a revisiones rutinarias que confirmen su remisión en cáncer. Una nueva etapa que también lleva asociada una enorme carga emocional.

Remisión en cáncer: aproximación al concepto

Según la Sociedad Española de Oncología Médica, en 2020 ya se habría superado el umbral de los 2.250.000 españoles que podrían ser considerados supervivientes de un cáncer. Se entiende como superviviente de cáncer aquella persona que durante 5 años y, según las pruebas diagnósticas actuales, no presenta indicios clínicos de la enfermedad. Se podría decir, por tanto, que esa persona estaría libre de enfermedad. Esto hecho en cáncer recibe el nombre de remisión.

Para confirmar la remisión en cáncer, una vez finalizado el tratamiento, cualquier persona diagnosticada con la enfermedad deberá acudir a sus revisiones. Estas revisiones pueden ser llevadas a cabo tanto por el equipo de oncología como, de manera paralela, por otras disciplinas médicas. Por ejemplo, en el caso del cáncer de mama, es posible que las revisiones se lleven a cabo tanto por oncología ginecológica como por ginecología.

Los objetivos de estas revisiones son:

  • Comprobar el adecuado estado de salud.
  • Detectar una posible recaída a tiempo.
  • Diagnosticar posibles complicaciones.
  • Favorecer la vuelta a la normalidad tras el proceso oncológico.

Normalmente, las revisiones en cáncer se llevan a cabo durante 5 años. Sin embargo, en algunos casos es posible que estas se dilaten más en el tiempo. Por otro lado, el tiempo que transcurre entre una revisión y otra también es variable. Durante los dos o tres primeros años, las pacientes deberán acudir a sus revisiones cada 3 meses. Posteriormente, este seguimiento pasaría a ser semestral y, finalmente, anual.

Las pruebas diagnósticas que se realizan para verificar la remisión en cáncer varían según la tipología de tumor. Las más habituales son la exploración física, los parámetros analíticos o técnicas de imagen como el TAC.

Gestión emocional de las revisiones en cáncer

Las revisiones en cáncer conllevan incertidumbre y miedo por parte de los pacientes y sus familiares. Estas visitas que confirman la remisión en cáncer son un período de aceptación y adaptación:

  • Aceptación de todas aquellas experiencias derivadas de un cáncer.
  • Adaptación a todos los cambios que se pueden producir en todas las esferas de la vida.

 

La importancia de estas revisiones, la frecuencia y que es necesario acudir a ellas durante años hace necesario una gestión emocional adecuada. Las principales recomendaciones son:

  1. Informarse adecuadamente.
  2. Normalizar las visitas al oncólogo. Es necesario cambiar la perspectiva y plantearse estas revisiones como visitas rutinarias similares a las que se realizan al médico de cabecera.
  3. Preparar la consulta. Al igual que se llevan anotadas todas las dudas o síntomas importantes, es necesario comunicar al profesional médico los sentimientos previos y durante las revisiones.
  4. Expresarse y hablar con amigos y familiares. La remisión es una etapa importante para los pacientes con cáncer. Durante este periodo afloran otro tipo de sentimientos diferentes a los del proceso oncológico, pero también relevantes.
  5. Gestionar adecuadamente el estrés y la ansiedad. Las revisiones se van a producir durante un periodo largo de tiempo. Una gestión adecuada de inicio permite minimizar el impacto emocional de visitas futuras.
  6. Mantener la mente ocupada días antes de acudir a la revisión. Previo a las revisiones es importante dedicarse tiempo a sí mismo. Mantener la mente ocupada ayuda a impedir que los sentimientos negativos afloren.
  7. Ser coherente consigo mismo. Algunas personas prefieren acudir acompañadas, en cambio, otras optan por acudir solas.
  8. Recurrir a técnicas de relajación. Disciplinas como la meditación o ejercicios de respiración facilitan el control de las emociones.
  9. Compartir experiencias. Conocer a personas que pasan por la misma situación o acudir a asociaciones es una buena forma de empatizar con experiencias similares.
  10. Pedir ayuda. El impacto emocional del cáncer no finaliza con el tratamiento y puede continuar, incluso, durante la remisión. Es normal que algunas personas recurran al psicólogo para gestionar adecuadamente esta nueva etapa.

 

Recuerda:

  • El termino superviviente de cáncer se utiliza para referirse aquellas que persona que, durante 5 años y según las pruebas diagnósticas actuales, estarían libres de enfermedad y, por tanto, alcanzarían la remisión en cáncer.
  • Para confirmar la remisión es necesario que el paciente acuda a revisiones rutinarias cada cierto tiempo.
  • Las visitas al oncólogo conllevan una carga emocional al paciente y familiares, siendo necesaria una adecuada gestión psicológica de las mismas.