¿Qué es la resistencia a los antimicrobianos?

La resistencia a los antimicrobianos supone una de las mayores amenazas actuales para la salud pública global. Los antimicrobianos, entre los que se incluyen antibióticos, antivirales, antifúngicos o antiparasitarios, son medicamentos que se utilizan para prevenir y tratar infecciones en humanos, animales y plantas.

Sin embargo, existen determinadas bacterias, virus, hongos o parásitos que consiguen evolucionar para ser resistentes a los antimicrobianos. Esto provoca que las infecciones sean más difíciles de tratar y aumenta el riesgo de que se propaguen a otras personas, lo cual ocurre especialmente en entornos donde su presencia es mayor, como los hospitales. Los microorganismos que desarrollan resistencias a múltiples o todos los antimicrobianos también se denominan superbacterias.

¿Cuál es el origen de la resistencia a los antimicrobianos?

Existen tres principales factores que contribuyen al desarrollo de resistencia antimicrobianos:

1) El mal uso y el uso excesivo de antimicrobianos. Cuando las personas toman antibióticos cuando no los necesitan, o cuando no completan el tratamiento completo, esto puede seleccionar bacterias resistentes.

Una persona colonizada por patógenos multirresistentes puede ser un foco de transmisión hacia otras personas, y propiciar así su propagación.

2) El uso de antimicrobianos en la agricultura y la cría de animales. Cuando se les administra antibióticos a los animales para prevenir enfermedades o promover su crecimiento, esto también puede llevar al desarrollo de bacterias resistentes.

3) La falta de agua limpia y saneamiento. Los gérmenes pueden propagarse a través del agua y los alimentos contaminados, lo que aumenta el riesgo de infección.

El resurgir de enfermedades

Muchos profesionales alertan del aumento de la resistencia de determinadas patologías a nivel global. Esto ocurre en el caso de las bacterias y los virus. Por ejemplo, en el caso del virus de inmunodeficiencia humana o VIH, ya es una realidad. De acuerdo con los datos de la Organización Mundial de la Salud, más del 50 % de los bebés nacidos en África Subsahariana diagnosticados con VIH son portadores de un virus resistente a determinados tratamientos contra este virus crónico.

En el caso de los parásitos, varios estudios en el Indo-Pacífico han confirmado una resistencia parcial a la artemisinina, el tratamiento de primera línea recomendado para la malaria. También ocurre en hongos como Candida auris, causante de la candidiasis, una de las infecciones fúngicas invasivas más comunes y cuya resistencia a los medicamentos crece a nivel global.

Las posibles soluciones ante la resistencia a los antimicrobianos

La OMS ha declarado que esta resistencia es una de las diez principales amenazas mundiales para la salud pública a las que se enfrenta la humanidad. El uso indebido y excesivo de antimicrobianos es el principal causante de que se estén desarrollando patógenos resistentes a los medicamentos. Además, la falta de agua limpia o la ausencia de políticas de saneamiento o prevención de infecciones promueven la propagación de microbios.

Por lo tanto, resulta imprescindible una coordinación a nivel global en la que, primero, se evite el uso indiscriminado de antibióticos sin indicación médica adecuada (política de uso prudente de antimicrobianos). Y segundo, medidas de higiene y saneamiento en regiones más desfavorecidas para evitar la propagación de las diversas enfermedades que ya son resistentes a los medicamentos que actualmente las combaten.

Recuerda:

  • Existen determinadas bacterias, virus, hongos o parásitos que consiguen evolucionar para ser resistentes a los antimicrobianos.
  • Los datos de las organizaciones sanitarias alertan del aumento de la resistencia de determinadas patologías a nivel global.
  • Un empleo excesivo de antimicrobianos es el principal causante de que se estén desarrollando patógenos resistentes a los medicamentos.