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¿Qué es la disquecia del lactante?

La disquecia del lactante es uno de los trastornos gastrointestinales más desconocidos por los padres primerizos a la hora de enfrentarse a sus síntomas. Se trata de un problema leve que ocurre en los dos o tres primeros meses de vida del bebé. Este siente la necesidad de hacer una deposición, pero no consigue o sabe coordinar los músculos correctamente para relajar el intestino grueso.

Pese a todo, los padres o tutores pueden quedarse tranquilos. Se trata de una fase del aprendizaje motriz que suele desaparecer al poco tiempo y no debe causar más problemas de los necesarios al infante. Sin embargo, los llantos y la sintomatología del bebé pueden preocupar a los adultos en el momento que ocurre.

¿Por qué ocurre la disquecia del lactante?

Los bebés tienen que aprender, de forma cuasi automática, a coordinar dos movimientos: relajar el suelo pélvico y la salida del intestino grueso y, a su vez, incrementar la presión intra-abdominal. Cuando esto no ocurre, pueden darse los síntomas de la disquecia del lactante. Esto le provoca algo de malestar leve al bebé con los consecuentes llantos.

Los padres suelen acudir al pediatra preocupados cuando ven que el bebé es incapaz de hacer deposiciones de forma rápida o natural, describiendo la situación generalmente como un atasco.

La Asociación Española de Pediatría explica que se trata de “al menos 10 minutos de esfuerzo y llanto antes de la emisión de heces”. Reiteran que es un cuadro benigno que suele mejorar con el tiempo, y que no tiene nada que ver con la consistencia de las deposiciones, simplemente con la dificultad de expulsarlas. Existe una falta de coordinación entre los músculos y el esfuerzo realizado por el bebé.

Por lo tanto, se trata de algo pasajero y, más que una afección se trata de una incapacidad del bebé a causa de su inmadurez en la evacuación. En vez de relajar el esfínter lo cierra, impidiendo que las heces salgan. Se produce, por tanto, por la inmadurez del sistema excretor que provoca una falta de sincronía entre lo que el bebé hace y lo que quiere hacer.

¿Cuáles son los síntomas visibles de la disquecia del lactante?

Los progenitores o tutores suelen describir la sintomatología aludiendo a que el bebé llora durante unos 20 o 30 minutos, con la cara roja y con dolor evidente antes de conseguir su objetivo. La deposición no es preocupante: no suele haber sangre ni otros factores de riesgo. Pero estos episodios pueden ocurrir varias veces al día, dejando al infante cansado y a los padres en un estado de preocupación.

El diagnóstico es clínico, realizando una historia detallada con los padres. El pediatra examinará al bebé y si lo considera necesario, solicitará pruebas complementarias para descartar otras patologías, aunque en la mayoría de los casos la disquecia no presenta mayores complicaciones. Generalmente se trata de un problema que se solventa con el aprendizaje del propio infante. Hay que tener paciencia y esperar a que la situación se solucione por sí sola.

¿Entonces no hay tratamiento?

No realmente. Hay que esperar a que el bebé aprenda por su cuenta a coordinarse, tanto con la disquecia como con otros asuntos relacionados con el aprendizaje motor. Si la situación se prolonga y no se presenta mejoría es recomendable visitar al pediatra.

Algunas recomendaciones útiles pueden ser realizar masajes abdominales en el sentido de las agujas del reloj, o flexionarle con suavidad las piernas al bebé.

Recuerda:

  • La disquecia del lactante es la incapacidad temporal del infante de coordinar músculos para hacer deposiciones
  • Esta situación suele producirse entre los dos o tres primeros meses de vida del bebé
  • Los padres deben quedarse tranquilos: se trata de una situación normal que requiere tiempo y paciencia para resolverse. Se puede en todo caso acudir al pediatra si esta situación causa preocupación a los tutores o padres.