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Cómo adaptar los hospitales a los niños ingresados

La hospitalización infantil es una experiencia que puede ser estresante tanto para los niños como para sus familias. Por ello, es fundamental comprender la importancia de adaptar los hospitales a las necesidades específicas de los niños ingresados.

Estas medidas no solo promueven el bienestar emocional de los niños. También son parte esencial de la estrategia ESG de los hospitales, ya que promueven criterios de inclusión social, en este caso, de los más pequeños.

¿Cómo afecta la hospitalización a los niños?

La hospitalización de un niño puede desencadenar una serie de efectos emocionales y psicológicos que deben ser abordados de manera integral. En primer lugar, la separación de sus padres y del entorno familiar puede causar angustia y ansiedad en el niño. Los niños suelen sentirse más seguros y cómodos en su hogar, por lo que estar en un entorno hospitalario desconocido puede generar miedo e inseguridad.

Además, la hospitalización interrumpe la rutina diaria del niño, lo que puede tener un impacto significativo en su bienestar emocional. En este aspecto, los niños se enfrentan a cambios en su horario de comidas, actividades y descanso, lo que les puede provocar estrés y confusión. Esta interrupción en la rutina también puede contribuir a la aparición de problemas de sueño y alimentación durante la hospitalización.

Otro factor importante a considerar es el dolor y malestar físico asociado con la enfermedad o el tratamiento médico. Los procedimientos médicos invasivos, como las pruebas diagnósticas o las cirugías, pueden ser dolorosos y traumáticos para los niños. El miedo al dolor y a los procedimientos médicos puede aumentar la ansiedad del niño y dificultar su recuperación.

4 iniciativas para adaptar los hospitales a los niños ingresados

Por todos estos motivos, es el hospital quien debe adaptarse a los niños ingresados, y no al revés. Para ello, existen algunas estrategias que los hospitales están incorporando para hacer la hospitalización más llevadera a estos pacientes:

  1. Programas de preparación psicológica: es decir, ofrecer información y apoyo emocional tanto al niño como a sus padres antes, durante y después de la hospitalización.
  2. Ambientes amigables para los niños: cada vez más, los hospitales están implementando espacios diseñados específicamente para los niños. Es decir, salas de juegos, áreas de arte y música, y jardines terapéuticos en las azoteas. Estos entornos buscan crear una atmósfera más acogedora y menos intimidante para los pacientes jóvenes.
  3. Terapias con animales: la presencia de mascotas entrenadas a tal efecto en el hospital puede ayudar a reducir la ansiedad y mejorar el estado de ánimo de los niños ingresados.
  4. Educación adaptada: existen recursos educativos específicos para ayudar a los niños a comprender su enfermedad y tratamiento. Esto incluye la creación de cuentos educativos, juegos interactivos y programas de seguimiento escolar en el hospital.

 

Por último, siempre es necesario recordar la importancia de la presencia de los padres y familiares durante la hospitalización. Cada vez más, se tiene en cuenta y facilita la participación activa de los padres en el cuidado de los niños ingresados, permitiéndoles ir más allá de la toma de decisiones clínicas.

Recuerda:

  • La hospitalización infantil puede afectar emocionalmente a los niños debido a la separación de sus padres y el dolor asociado con la enfermedad y el tratamiento.
  • Los hospitales están implementando estrategias como la creación de ambientes amigables para los niños o terapias con animales para hacer frente a las necesidades específicas de los niños ingresados.
  • Estas medidas no solo promueven el bienestar emocional de los niños, sino que también son parte esencial de la estrategia ESG de los hospitales.