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Síndrome post-UCI: ¿qué es exactamente?

El síndrome post-UCI engloba una serie de secuelas que afectan a los pacientes tras su paso por una Unidad de Cuidados Intensivos (UCI). No se trata de casos aislados: hasta el 50% de los pacientes que sobreviven a un ingreso en UCI experimentan esta sintomatología.

La aparición del síndrome post-UCI es el resultado de la combinación de varios factores. El uso de equipos de soporte vital invasivos, la administración de ciertos fármacos y la inmovilización prolongada son algunas de sus causas más comunes.

Secuelas más comunes asociadas al síndrome post-UCI

Las estancias en la UCI, especialmente, aquellas más prolongadas, pueden deteriorar la calidad de vida de los pacientes de manera temporal o permanente. Los síntomas más comunes del síndrome post-UCI incluyen:

  • Deterioro cognitivo: implica problemas de memoria, dificultad para hablar, olvidos y problemas de concentración.
  • Síntomas psicológicos: los pacientes pueden experimentar trastorno de estrés postraumático, depresión o ansiedad, que pueden causar problemas para conciliar el sueño.
  • Síntomas físicos: la debilidad muscular es la forma más común de deterioro físico, afectando a más del 25% de los pacientes que han estado en una UCI.

 

La aparición de estos síntomas puede depender de factores como la edad y la existencia de enfermedades previas al ingreso, como patologías neuromusculares o psiquiátricas.

Claves para la recuperación del síndrome post-UCI

Es importante destacar que es posible recuperarse del síndrome post-UCI. Muchas veces, el simple hecho de volver a casa es un paso clave, pero puede requerir tiempo y esfuerzo para que los pacientes regresen a su vida normal. El tratamiento puede incluir:

  • Medidas preventivas: durante la hospitalización, en ocasiones se puede reducir la administración de fármacos que pueden favorecer la desorientación.
  • Fisioterapia y programas de ejercicio: son fundamentales para tratar la debilidad muscular, aunque también repercuten positivamente en la salud cognitiva y en el estado de ánimo.
  • Terapia psicológica: ayuda a tratar los síntomas psicológicos.
  • Terapia ocupacional: en ocasiones, puede ser útil para ayudar a los pacientes a reaprender habilidades diarias y mejorar la memoria.

 

Por tanto, el plan de tratamiento de este conjunto de síntomas implica la colaboración de un equipo multidisciplinar compuesto por trabajadores sociales, fisioterapeutas, terapeutas ocupacionales, enfermeras, neurólogos, logopedas y psiquiatras.

Recuerda:

  • El síndrome post-UCI se manifiesta en secuelas físicas, psicológicas y cognitivas en hasta el 50% de los pacientes.
  • Los síntomas incluyen deterioro cognitivo, trastornos psicológicos y debilidad muscular.
  • La recuperación del síndrome post-UCI requiere un enfoque integral y un equipo multidisciplinar para abordar las diversas secuelas del síndrome.