¿Qué es la preeclampsia?

La preeclampsia es una enfermedad propia del embarazo que afecta a un 3% de las gestaciones en el mundo. Se caracteriza por el aumento de la presión arterial y la aparición de proteinuria (exceso de proteínas en la orina) a partir de la semana 20 de gestación.

Aunque la mayoría de los casos de preeclampsia son leves, en algunas mujeres puede tener consecuencias a largo plazo, como hipertensión arterial crónica, sobre todo, a partir de la menopausia. Las mujeres que han tenido preeclampsia en un embarazo también tienen mayor riesgo de experimentarla en futuros embarazos, especialmente si apareció en los primeros meses.

¿Por qué se produce la preeclampsia?

No se conoce la causa exacta de la preeclampsia. Sin embargo, esta condición es más probable si se presenta alguno de los siguientes factores de riesgo:

  • Embarazo en edades extremas; ya sea en mujeres muy jóvenes (menos de 18 años) o mayores (más de 40 años).
  • Embarazo múltiple o embarazo molar: debido al aumento en la masa placentaria.
  • Antecedentes de preeclampsia en embarazos previos: en especial, si ocurrió antes de las 30 semanas de gestación.
  • Técnicas de fertilización in vitro y otros métodos de reproducción asistida.

En las mujeres con estos factores de riesgo, es necesario realizar controles médicos frecuentes para identificar signos tempranos de la enfermedad ya que, por lo general, no da síntomas.

Diagnóstico y tratamiento de la preeclampsia

El diagnóstico de la preeclampsia se basa en la detección de hipertensión arterial y de proteinuria. Para confirmar el diagnóstico, se suelen realizar otros análisis que evalúan el funcionamiento del hígado y los riñones y los niveles de plaquetas en sangre. También se monitorea al bebé mediante ecografías y pruebas Doppler para verificar el flujo sanguíneo y el bienestar fetal.

El tratamiento de la preeclampsia es la finalización del embarazo, pero esto no es posible si el feto no ha alcanzado suficiente madurez. En estos casos, se controla la presión arterial y se minimizan las posibles complicaciones. Esto incluye:

  • Reposo y reducción de actividad física: se recomienda descanso, en posición de decúbito lateral izquierdo, para mejorar la circulación sanguínea y reducir la presión arterial.
  • Dieta equilibrada y control de sal: no se recomienda restringir drásticamente la sal, pero sí mantener una alimentación variada y balanceada rica en frutas y verduras.
  • Medicamentos: en ciertos casos, puede ser necesario el uso de fármacos (como la aspirina o antihipertensivos) bajo estricta supervisión médica.

En los casos de preeclampsia leve, los profesionales suelen optar por esperar a que el feto esté maduro para inducir el parto mientras se controla periódicamente la presión arterial y el bienestar del bebé. En casos más graves, si el riesgo para la madre o el bebé es alto, puede ser necesario adelantar el parto, ya sea por vía vaginal o mediante cesárea.

Recuerda:

  • La preeclampsia es una enfermedad propia del embarazo que se caracteriza por el aumento de la presión arterial y la proteinuria.
  • Su causa exacta es desconocida, pero existen factores de riesgo como los antecedentes familiares, la edad de la madre o los embarazos múltiples.
  • El tratamiento definitivo es finalizar el embarazo, aunque no siempre es posible dependiendo de la madurez del feto.