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La importancia de la alimentación en personas con autismo

Las personas con autismo pueden presentar preferencias muy marcadas cuando se trata de comida. Esto implica la necesidad de un abordaje alimentario respetuoso con sus gustos y sensibilidades. De ahí la enorme importancia de la alimentación en personas con autismo.

Retos en la alimentación de personas con autismo

Las personas con autismo pueden experimentar alteraciones sensoriales que afectan su relación con los alimentos. Estas son las más comunes:

  • Vista: la apariencia del alimento, su color o textura pueden generar rechazo en personas con trastorno del espectro autista (TEA).
  • Oído: algunos alimentos, por ejemplo, los crujientes que producen ruidos al masticar, pueden resultarles incómodos.
  • Olfato: existen olores que pueden ser muy intensos y producirles sensaciones desagradables.
  • Gusto: la preferencia o aversión a ciertos sabores puede ser muy marcada.
  • Tacto: es común, en personas con TEA, que la textura de los alimentos resulte incómoda al tacto o en la boca.

Por eso, las verduras y frutas no suelen ser de su agrado debido a su sabor, olor y textura. Las respuestas de este tipo de factores sensoriales son importantes y pueden marcar sus preferencias alimenticias. Esta hiperselectividad alimentaria, caracterizada por la restricción en la variedad de alimentos consumidos, puede tener implicaciones nutricionales. Abordar esta hiperselectividad es necesario para garantizar una dieta equilibrada.

¿Cómo llevar a cabo una buena alimentación en personas con autismo?

Conocidos los retos de la alimentación en personas con autismo, estos son algunos consejos útiles a la hora de elaborar su menú:

  • Respetar las preferencias individuales: es muy recomendable que, tras conocer las preferencias de la persona con TEA, las respetemos. Tratar de hacerles cambiar de opinión puede generarles frustración.
  • Ofrecer opciones variadas: a veces, es bastante eficaz ofrecer una variedad de alimentos, de modo que aseguremos una ingesta equilibrada de nutrientes.
  • Fomentar la exploración: en algunos casos, puede ser útil intentar animar a la persona con autismo a explorar nuevos alimentos de forma gradual. En casos muy hiperselectivos, esta iniciativa puede ayudar a ampliar el repertorio nutricional.
  • Crear un entorno favorable: un ambiente tranquilo puede favorecer una mejor experiencia durante las comidas, especialmente, aquellas nuevas.

Es importante recordar que los nutricionistas también pueden ser de gran ayuda a la hora de abordar las necesidades alimentarias de las personas con autismo. Estos profesionales pueden ofrecer orientación específica y proponer nuevas ideas y recetas que las personas con TEA podrían tolerar mejor.

Recuerda:

  • Las personas con autismo pueden ser especialmente selectivas con la comida.
  • Esto se debe a que pueden experimentar alteraciones sensoriales, como el rechazo a ciertas texturas y sabores.
  • Es posible diseñar un plan nutricional que sea respetuoso con las preferencias de cada persona.