desnutricion-paciente-geriatrico-hospital

Cómo prevenir la desnutrición en pacientes geriátricos hospitalizados

La desnutrición es una condición grave que afecta a un gran número de pacientes geriátricos hospitalizados. Ocurre cuando el cuerpo no recibe los nutrientes necesarios para mantenerse saludable y funcionar correctamente. En el caso de las personas mayores, la desnutrición en pacientes geriátricos hospitalizados es especialmente preocupante porque puede afectar severamente a su salud general.

En España, este es un problema que ha ido en aumento. De hecho, según estudios recientes, aproximadamente el 50% de las personas mayores ingresadas en hospitales presentan algún grado de desnutrición.

¿Por qué se produce la desnutrición en pacientes geriátricos hospitalizados?

La desnutrición en estos pacientes puede tener múltiples causas, entre las cuales se encuentran:

  • Pérdida del apetito: los cambios en el gusto y el olfato pueden hacer que los pacientes pierdan interés en comer.
  • Dificultades para tragar: la disfagia, o dificultad para tragar, es común en personas mayores y puede dificultar la ingesta de alimentos sólidos.
  • Enfermedades crónicas: algunas enfermedades como la diabetes, la enfermedad pulmonar obstructiva crónica y las enfermedades cardíacas pueden influir en el apetito y en la capacidad de absorber nutrientes.
  • Cambios metabólicos: con el envejecimiento, el metabolismo se ralentiza, lo que puede provocar una disminución en la absorción de nutrientes.
  • Medicamentos: algunos medicamentos pueden suprimir el apetito o interferir con la absorción de ciertos nutrientes.

 

Cabe destacar que los síntomas de desnutrición en pacientes geriátricos hospitalizados incluyen pérdida de peso involuntaria, debilidad muscular, fatiga, disminución de la masa ósea, anemia y problemas cognitivos.

¿Cómo se puede prevenir la desnutrición en pacientes geriátricos hospitalizados?

Para prevenir la desnutrición en pacientes geriátricos hospitalizados, es indispensable implementar las medidas nutricionales adecuadas. Algunas estrategias para lograrlo incluyen:

  • Valoración nutricional: esto es, realizar una evaluación nutricional completa al ingreso del paciente para identificar cualquier deficiencia nutricional o riesgo de desnutrición. También un seguimiento adecuado y los cambios en la alimentación que sean precisos. Esto se podría llevar a cabo con la colaboración de dietistas-nutricionistas, el equipo médico y de enfermería.
  • Planificación de dietas personalizadas: implica diseñar planes de alimentación adaptados a las necesidades individuales de cada paciente, teniendo en cuenta sus preferencias alimentarias, restricciones médicas y capacidades físicas.
  • Suplementos nutricionales: en ciertos casos, la administración de suplementos en línea con las recomendaciones del especialista, puede ayudar a garantizar un aporte adecuado de nutrientes, especialmente en pacientes con dificultades para comer o absorber alimentos.
  • Estimulación del apetito: existen algunas estrategias útiles para estimular el apetito de los pacientes, como hacer las comidas atractivas visualmente, ofrecer snacks saludables entre comidas u organizar actividades sociales durante las comidas.
  • Monitoreo continuo: es decir, realizar un seguimiento regular del estado nutricional de los pacientes y ajustar las intervenciones para prevenir la desnutrición y promover la recuperación.

 

Para lograrlo, es importante contar con un equipo médico multidisciplinar y dietistas-nutricionistas que atienda a todas las necesidades del paciente geriátrico, que habitualmente presenta más de una enfermedad. De esta forma, se puede mejorar significativamente la salud y el bienestar de esta población durante su estancia en el hospital.

Recuerda:

  • La desnutrición en pacientes geriátricos hospitalizados es un problema grave y común en España, pues afecta al 50% de los pacientes mayores ingresados.
  • Las causas incluyen la pérdida de apetito, las dificultades para tragar o los efectos de algunos medicamentos en el metabolismo.
  • Algunas estrategias de prevención incluyen la valoración nutricional completa, la estimulación del apetito o el monitoreo continuo del estado nutricional.