Alimentos ultraprocesados: cómo evitarlos y alternativas
Los alimentos ultraprocesados son aquellos productos comestibles que se elaboran a partir de sustancias obtenidas o derivadas de otros alimentos, mediante preparaciones industriales
Los alimentos procesados se suelen caracterizar por contener una gran cantidad de ingredientes o aditivos. Estos aditivos tienen, en general, un bajo valor nutricional y, por tanto, no aportan los nutrientes necesarios para nuestra dieta. Algunos de ellos pueden ser:
- Sal
- Harinas refinadas
- Azúcar
- Grasas.
- Edulcorantes
- Colorantes
- Emulsiones
- Potenciadores del sabor
Se caracterizan por su alto contenido en azúcares, grasas o sodio, pero apenas aportan vitaminas o proteínas, por ejemplo.
Su consumo habitual o reiterado puede resultar perjudicial para la salud por tres motivos principalmente. Por un lado, el consumo de estos productos proporciona sensación de saciedad durante un corto espacio de tiempo, sin embargo, no proporcionan nutrientes al organismo. Por otro lado, las formas de preparación o elaboración de estos productos tampoco resulta beneficiosa para el organismo. Finalmente, y como consecuencia de estos dos hechos, diversos estudios han relacionado el consumo de los alimentos ultraprocesados con la obesidad o el sobrepeso.
Claves para identificar los alimentos ultraprocesados
Para reconocer este tipo de productos, los expertos recomiendan:
- Leer las etiquetas e identificar claramente los componentes más habituales de los alimentos ultraprocesados. Por lo general se recomienda el consumo de alimentos que contengan pocos ingredientes, máximo cinco.
- El tipo de sustancias o formas de elaboración no son las habituales a las que se utilizan comúnmente en la elaboración de platos caseros.
- Escasa elaboración o preparación. Otra forma que permite identificar este tipo de productos es que no requieren preparación o elaboración para su consumo.
Los alimentos ultraprocesados más habituales son:
- Bebidas como los zumos envasados, los refrescos o las bebidas energéticas.
- Lácteos como los yogures con trozos de fruta o de sabores.
- Alimentos precocinados como pizzas, pasta, lasaña, sopas, caldos, carnes procesadas, etc.
- Productos para el desayuno como bollería, galletas o pan blanco de molde (añaden azucares, conservantes, estabilizadores, etc. en precocinados).
- Algunas verduras congeladas
- Snacks como patatas fritas, helados o dulces.
- Otros como los productos dietéticos o las salsas.
¿Qué podemos hacer para evitar el consumo de estos productos?
Toda alimentación saludable ha de ser variada, equilibrada y acorde a las necesidades nutricionales. En este sentido, cada vez existe una mayor concienciación de la población y es común la puesta en marcha de iniciativas dirigidas a limitar el consumo de alimentos ultraprocesados, como por ejemplo:
- Compromiso de instituciones que impongan medidas legislativas más restrictivas en relación al consumo, promoción y acceso de productos ultraprocesados.
- Campañas de información y formación a la población en general en pro de dietas más saludables, identificación y riesgos asociados a los alimentos ultraprocesados.
- Establecer restricciones más estrictas en cuanto a las formas de promoción de este tipo de productos.
- Favorecer el acceso en entornos públicos, escolares, académicos o profesionales de alimentos saludables a través de máquinas expendedoras de alimentos.
- Incentivar precios más asequibles para todos aquellos alimentos que no entren dentro de la categorización de ultraprocesados.
Recuerda:
- Los alimentos ultraprocesados son alimentos industrialmente elaborados a partir de sustancias obtenidas o derivadas de otros alimentos.
- Se caracterizan por tener un alto número de ingredientes, aportar escasos nutrientes y favorecer el desarrollo de patologías como el sobrepeso.
- Algunos alimentos ultraprocesados son las bebidas azucaradas, energéticas, los yogures con sabores, alimentos precocinados, bollería, galletas o snacks.