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Terapia de ondas de choque: ¿para qué sirve?

La terapia de ondas de choque es una técnica que se usa para tratar diversas patologías, especialmente en el ámbito de la traumatología y la rehabilitación. Esta terapia consiste en la aplicación de ondas acústicas de alta energía para estimular la curación de tejidos.

Su origen se remonta a los años 80, cuando se empleaba para desintegrar cálculos renales. Con el tiempo, los especialistas notaron que también estimulaba la regeneración de los tejidos cercanos, lo que despertó el interés de otros campos médicos, como la ortopedia. Desde entonces, esta técnica ha evolucionado y hoy en día se utiliza para promover la regeneración celular y aliviar el dolor.

¿Cómo funciona la terapia de ondas de choque?

El mecanismo de acción de la terapia de ondas de choque se basa en la generación de ondas acústicas de alta energía que se aplican sobre el área lesionada. Estas ondas atraviesan los tejidos, estimulando su regeneración y la reparación celular. Entre los efectos más destacados se encuentran:

  • Aumento del flujo sanguíneo en la zona tratada, lo que mejora el aporte de oxígeno y nutrientes necesarios para la regeneración celular.
  • Estimulación de la proliferación de factores de crecimiento y nuevas células, lo que permite acelerar la reparación de los tejidos.
  • Formación de nuevos vasos sanguíneos, lo cual facilita la recuperación.
  • Efecto analgésico, pues las ondas de choque bloquean las señales de dolor y estimulan la liberación de endorfinas.

Entre las grandes ventajas de esta terapia está el hecho de que se trata de un método poco invasivo. La mayoría de los pacientes experimentan mejoría con pocas sesiones y la terapia suele ser bien tolerada, con pocos efectos secundarios.

¿Para qué afecciones es útil la terapia de ondas de choque?

La terapia de ondas de choque está indicada para tratar una variedad de patologías, tanto crónicas como agudas. Estas son algunas de ellas:

  • Tendinopatías: esto es, lesiones de los tendones, como la tendinitis rotuliana, del manguito rotador o aquílea. Estas afecciones implican la inflamación o degeneración de los tendones, causando dolor y limitación del movimiento.
  • Fascitis plantar: es la inflamación del tejido que recubre la planta del pie, muy frecuente en deportistas. Esta afección causa un dolor intenso en la base del talón.
  • Síndrome de dolor miofascial: es una afección caracterizada por puntos de dolor en los músculos.
  • Espolón calcáneo: se trata de un crecimiento óseo en la zona del talón que causa dolor al caminar o estar de pie durante mucho tiempo.
  • Pseudoartrosis y retardos de consolidación: en casos donde los huesos no se han soldado correctamente tras una fractura, este tratamiento puede ayudar a promover la correcta regeneración ósea.
  • Úlceras cutáneas: en algunos casos, las ondas de choque pueden estimular la cicatrización de heridas crónicas.
  • Tendinitis calcificada: es una afección en la que se acumulan depósitos de calcio en los tendones, causando dolor y rigidez. Las ondas de choque ayudan a romper estos depósitos.

De esta forma, la terapia de ondas de choque es una opción terapéutica eficaz, especialmente, en condiciones relacionadas con el sistema musculoesquelético.

Recuerda:

  • La terapia de ondas de choque es una técnica no invasiva que utiliza ondas acústicas de alta energía para estimular la curación y aliviar el dolor en diversas patologías.
  • Funciona aumentando el flujo sanguíneo, promoviendo la regeneración celular y bloqueando las señales de dolor.
  • Está indicada para el tratamiento de tendinopatías, fascitis plantar o síndrome de dolor miofascial, entre otras afecciones musculoesqueléticas.