¿Qué es la dactiloscopia y para qué sirve?
Hoy en día observamos con total normalidad que una persona ponga el dedo sobre su móvil para utilizarlo. Una realidad que hace unos años podía resultar impensable. Esta funcionalidad es posible gracias a la dactiloscopia, una tecnología que tradicionalmente se usaba casi únicamente en investigaciones policiales y que hoy se ha hecho hueco nuestro día a día por el uso de los dispositivos electrónicos.
Lofoscopia o cómo identificarnos por las manos y los pies
Si se observa la palma de las manos o de los pies, puede comprobarse que se forman unos característicos dibujos en la piel compuestos por unos relieves (llamados crestas papilares) separados entre sí por espacios (denominados surcos interpapilares). El estudio y clasificación del dibujo formado por las crestas papilares y los surcos interpapilares permite identificar a las personas y es lo que se conoce como lofoscopia.
El término lofoscopia puede resultar peculiar ya que proviene del griego: lofos (que significa relieve) y skopia (observación). La lofoscopia es capaz de reconocernos a través de las palmas de las manos, de las plantas de nuestros pies o de las últimas falanges de nuestros dedos de la mano. En este último caso, estaríamos hablando de dactiloscopia.
¿Qué es la dactiloscopia?
La dactiloscopia es una rama de la lofoscopia y constituye el procedimiento técnico que permite asociar las crestas papilares de la última falange de los dedos de las manos con la persona a la que pertenecen.
Esta asociación es posible porque nuestras crestas papilares y surcos interpapilares responden a tres principios básicos:
- No cambian con el paso del tiempo. Por ejemplo, si se toma la impresión de las crestas papilares y surcos a un individuo durante su infancia y se compara con la obtenida una vez alcanzada su edad adulta se observará, independientemente de las alteraciones propias del crecimiento como el tamaño, que las huellas permanecen idénticas.
- Las crestas papilares presentan características únicas en cada individuo; por lo que no existen dos personas que las compartan.
- Son inmutables. Es decir, no se pueden modificar. En caso de lesión, si es leve, el tejido se regenerará sin ocasionar cambio alguno. En cambio, en lesiones más graves, como quemaduras, por ejemplo, la parte afectada será sustituida por tejido cicatricial.
La dactiloscopia es, por tanto, uno de los métodos más efectivos para la identificación de las personas. En relación con su tipología se distinguen tres clases de dactilograma:
- Natural: las crestas papilares y los surcos que se generan desde el nacimiento en la última falange de los dedos.
- Artificial: se produce cuando se replica en una tarjeta un dactilograma natural a través del uso de la tinta.
- Latente (más conocido como huella dactilar): es la marca que se ocasiona al entrar en contacto las crestas papilares y surcos con una superficie, objeto o persona.
- Otra de las formas de la dactiloscopia es la reconstrucción a través de un molde del dedo de una persona.
Aplicación y funciones de la dactiloscopia
La dactiloscopia tiene su principal aplicación en el ámbito forense, aunque cada vez más se está implantando como medida de seguridad. Entre las diferentes aplicaciones de esta rama de la lofoscopia, podemos destacar:
- Búsqueda de huellas en escenarios o lugares donde se haya cometido un acto delictivo.
- Establecer qué personas han estado en dicho escenario.
- Identificar a aquellos que han cometido el acto delictivo.
- También permite identificar a víctimas y asegurarse de su identidad, por ejemplo, en casos que no se puedan reconocer por otra vía o no se tenga constancia de su desaparición.
- Expedición de documentos de identidad.
- Medida de seguridad. Cada vez son más los sistemas de seguridad inteligentes que permiten acceder a un individuo a determinadas estancias gracias a sus huellas dactilares. En nuestro día a día, un claro ejemplo son los dispositivos electrónicos que permiten el desbloqueo únicamente a través de la huella dactilar de su propietario.
Recuerda
- La dactiloscopia es una técnica que permite la identificación de las personas a través de las crestas papilares y los surcos interpapilares de la última falange de los dedos de nuestra mano.
- La identificación es posible porque nuestras crestas y surcos no se pueden alterar o modificar. Son únicas y no varían con el paso del tiempo.
- Tradicionalmente se ha utilizado en el ámbito forense, aunque cada vez es más la tecnología que permite asociar nuestras huellas dactilares al uso de dispositivos o acceso a determinadas estancias.