Así se están adaptando los centros médicos a la emergencia climática
Cuando hablamos de emergencia climática, nos referimos a la situación en la que el cambio climático ha alcanzado un punto crítico y requiere una acción inmediata y significativa para evitar consecuencias irreversibles. El Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC) de las Naciones Unidas ha declarado que el cambio climático es una “emergencia global” y que se necesitan cambios urgentes en la forma en que vivimos, trabajamos y consumimos para evitar los peores efectos del cambio climático. Por su parte, el pasado 28 de noviembre de 2019, el Parlamento Europeo declaró una “emergencia climática” en la Unión Europea (UE) pidiendo a la Comisión Europea, a los gobiernos de la UE y a todos los agentes mundiales que adopten con urgencia medidas para frenar esta amenaza.
Según el consenso científico, la emergencia climática es ya una realidad. El incremento de los fenómenos meteorológicos extremos provocados por el aumento de la temperatura global preocupa a los expertos, no solo por las consecuencias en el medio ambiente sino por sus posibles efectos sobre la población. La emergencia climática implica una pérdida de calidad de vida para la población y un incremento de patologías. Algunas de ellas son las enfermedades infecciosas, los golpes de calor o los traumatismos provocados por los desastres naturales, entre otras.
¿Cuáles son los impactos de la emergencia climática? En primer lugar, el aumento de la temperatura y del nivel del mar. La pérdida de la biodiversidad, la deforestación y la desertificación. En segundo lugar, la contaminación tanto del aire, del agua, la tierra, lumínica y acústica.
¿Cómo deben prepararse los centros ante la emergencia climática?
El primer paso para adaptar los sistemas de salud al cambio climático es identificar las consecuencias sanitarias. Entre los riegos identificados, se encuentran las enfermedades transmitidas por bacterias, parásitos o virus. Uno de los ejemplos ha sido la pandemia de la COVID-19. Además, están las enfermedades derivadas de la contaminación del aire. Este tipo de contaminación ha sido catalogada como el “nuevo tabaco” por la Organización Mundial de la Salud.
De hecho, 9 de cada 10 personas respiran aire que contiene contaminantes y alrededor de 4,5 millones de personas mueren cada año debido a la contaminación del aire. La contaminación atmosférica también afecta al cerebro. Estudios recientes han asociado la presencia de nanopartículas contaminantes presentes en el aire que respiramos con daños en la estructura del cerebro similares a los provocados por el alzhéimer.
El segundo paso es adaptar los edificios en los que el Grupo HLA desarrolla su actividad para que puedan soportar los impactos ocasionados por el cambio climático. Hay que tener en cuenta que los edificios representan aproximadamente el 40% del consumo mundial de energía y el 36% de las emisiones de CO2. La construcción de nuevos centros y la rehabilitación de los ya existentes deberán reducir su huella de carbono y tendrán que proporcionar un entorno seguro y saludable para los ocupantes.
Las adaptaciones que el Grupo HLA está realizando ante esta emergencia climática
Entre estas adaptaciones que los centros HLA están realizando destacamos: la sustitución de combustibles fósiles por otros menos contaminantes; la utilización de energía procedente de fuentes 100% renovables; el ahorro energético en equipos e instalaciones; el ahorro en consumo de agua y gas natural; la adaptación de las cubiertas de los edificios para evitar la pérdida de calor; la cubierta de fachadas con jardines verticales y la instalación de placas solares en las azoteas y en los aparcamientos.
Además, como parte de la sensibilización ambiental que promueve el Grupo HLA, se mantiene la guía de buenas prácticas ambientales sobre el ahorro de recursos naturales (agua, luz y papel) y la correcta gestión de residuos. Este documento está destinado a empleados, personal externo, pacientes y sus familiares.
Cada país o región tiene sus propias particularidades con respecto a esta emergencia. En el caso de España, se espera que los fenómenos climáticos extremos afecten con mayor contundencia a las regiones costeras mediterráneas. El territorio tiene además determinados retos por explorar, como el avance de la desertificación o la presión por los recursos hídricos menguantes. Ello se agrava especialmente por el aumento de fenómenos periódicos extremos como las sequías de larga duración o los incendios.
Recuerda que:
- El alza de los fenómenos climáticos extremos ya no es un futurible, sino una realidad del presente.
- Para adaptar los sistemas de salud a la emergencia climática es necesario comprender primero todas las vulnerabilidades sanitarias vinculadas a la misma.
- El Grupo HLA y sus hospitales, a través de sus compromisos de sostenibilidad, tiene una estrategia en marcha para preparar sus infraestructuras ante la emergencia climática.
Medio Ambiente