
¿Se puede aliviar el SIBO con la alimentación?
El SIBO, o sobrecrecimiento bacteriano del intestino delgado, es una alteración digestiva caracterizada por un aumento anormal de bacterias en esta parte del aparato digestivo. Este exceso de bacterias, que en condiciones normales habitan principalmente en el colon, provocan síntomas como hinchazón, diarrea, dolor abdominal, gases e incluso deficiencias nutricionales debido a la malabsorción.
La dieta juega un papel clave tanto en la prevención como en el tratamiento del SIBO. Ayuda a reducir los síntomas y a mantener los resultados tras el tratamiento médico. Por eso, ajustar la alimentación es fundamental para mejorar la calidad de vida de quienes padecen esta afección.
FODMAPs: ¿qué son y por qué es necesario evitarlos?
Uno de los pilares dietéticos más empleados en el manejo del SIBO es la dieta baja en FODMAPs. Este término proviene del inglés Fermentable Oligosaccharides, Disaccharides, Monosaccharides and Polyols, que en español se traduce como Oligosacáridos, Disacáridos, Monosacáridos y Polioles Fermentables.
Así, los FODMAPs son un grupo de carbohidratos de cadena corta que el intestino delgado absorbe de forma incompleta y que las bacterias fermentan con facilidad, produciendo los síntomas asociados al SIBO. Los principales alimentos ricos en FODMAPs y que las personas con SIBO deben evitar son:
- Algunas frutas como las manzanas, las peras o los mangos.
- Verduras y hortalizas como el ajo, la cebolla o el puerro.
- Lácteos con lactosa.
- Cereales y panes integrales de trigo, centeno y cebada.
- Legumbres como las lentejas, los garbanzos o la soja.
- Edulcorantes artificiales como el xilitol y el sorbitol.
Debemos tener en cuenta que, además de los alimentos a retirar o restringir, la cantidad de los mismos también juega un papel fundamental, haciendo necesario que esta herramienta la maneje un especialista en la consulta de Nutrición. Lo más habitual además, es el uso de antibióticos y una posible combinación con probióticos que debe hacerse junto a las recomendaciones de un médico del Área de Digestivo para poder llevar a cabo un tratamiento integral.
Alimentos para aliviar el SIBO
Además de saber qué alimentos conviene evitar, es fundamental conocer cuáles son los más adecuados para aliviar los síntomas y favorecer la recuperación. En general, la dieta para el SIBO debe basarse en alimentos de fácil digestión y bajos en FODMAPs. Entre los más recomendados destacan:
- Proteínas magras: como el pollo, el pavo, la ternera, el pescado y los huevos.
- Algunas verduras: como el calabacín, la zanahoria, la berenjena, las espinacas y el pepino.
- Ciertas frutas: como el plátano maduro, la piña, las fresas, las uvas o las frambuesas.
- Cereales y tubérculos sin gluten: como el arroz blanco, la quinoa, la avena sin gluten, la patata y el mijo.
- Grasas saludables: como el aceite de oliva, el aceite de coco, la mantequilla, las nueces y las semillas de chía.
- Bebidas: incluidas el agua, las infusiones y las leches vegetales sin azúcares añadidos, por ejemplo, de almendra o coco.
Además de la dieta, es importante cuidar otros aspectos del estilo de vida que pueden influir en la salud digestiva, como reducir el estrés, dormir lo suficiente y mantener una actividad física regular. En algunos casos, también puede ser útil el uso de probióticos bajo la indicación de un especialista.
No debemos olvidar que, una vez controlados los síntomas iniciales, es posible y deseable reintroducir progresivamente alimentos fermentables para alimentar la microbiota intestinal, por ello este tratamiento dietético-nutricional debe hacerse de la mano de un dietista-nutricionista, que individualizará la dieta según el tipo de SIBO y las necesidades del paciente y la evolución del mismo. La retirada de alimentos debe ser controlada en el tiempo evitando así posibles carencias nutricionales y complicaciones derivadas.
Recuerda:
- Cuando hay un exceso de ciertas bacterias en el intestino delgado, aparecen los síntomas asociados al SIBO.
- Los FODMAPs son carbohidratos fermentables mal absorbidos que agravan los síntomas del SIBO, por lo que se recomienda reducir su consumo.
- Una dieta baja en FODMAPs, rica en proteínas magras, verduras y cereales sin gluten, favorece la recuperación y el equilibrio intestinal.
